Los problemas que arrastra la Ciénaga de Mallorquín parecen un mal de nunca acabar. A la contaminación por el vertimiento de aguas negras, tala de mangle, falta de intercambio de aguas limpias y rellenos con escombros, se suma el desarrollo descontrolado de construcciones sobre sus márgenes.
La denuncia no es nueva y desconocida para las autoridades, por lo menos así lo advierte la Dirección General Marítima (Dimar) que ha realizado diferentes inspecciones en la Ciénaga de Mallorquín y en los dos últimos años ha enviado 14 solicitudes de restitución de bienes de uso público a la Alcaldía de Barranquilla.
De acuerdo con estos reportes de la Dimar, esas 14 solicitudes corresponden a un área de 122.651 metros cuadrados que le han sido arrebatadas a este espejo de agua por particulares.
En estos predios se han encontrado ocupaciones ilegales tales como construcciones de casas, casetas, establecimientos de tipo comercial, rellenos con material de arena y escombros, cercados, muelles artesanales, tala de mangle, canales de desagüe a la ciénaga, senderos en madera, parqueaderos de vehículos, almacenamiento de arena, patios de almacenamiento y hasta cementerios de maquinaria pesada y vehículos.
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